Al momento de escribir esto para ti, estoy en la cama, sintiendo el frío que trae el otoño, frío que me invita a estar conmigo, viendo el cambio de los árboles a través de la ventana, las hojas están entre verdes, rojas y amarillas.
Me emociona presenciar esto por primera vez en mi vida. Ya mi apartamento huele a calabaza y canela, hasta canciones de Navidad estoy escuchando. La naturaleza y sus estaciones me recuerdan que mientras estemos en este mundo los cambios serán inevitables, y que aún en medio de estos no dejamos de SER.
En medio de este momento tan sublime, te comparto que es la primera vez que tengo mis proyectos detenidos por tantos meses corridos y en el mes de julio el miedo tocó la puerta, y ¿sabes algo?, le di permiso para entrar y conversar…
Me habló de números, de clientes que puedo perder en este proceso, de listas, de dudas, de lo que me falta, me habló sobre lo difícil que será levantar este proyecto en un nuevo lugar donde aún me falta mucho por conocer, donde el idioma es distinto al mío. Mientras me hablaba, las lágrimas bajaban por mi cara sin control. En ese momento sentí desolación, confusión, un caos interno que me paralizó. Permití que la luz del escenario de la vida enfocara a este emoción como protagonista.
Con esto te confirmo que el miedo se a hecho presente en este camino, y no me culpo por esto, abrazo cada una de las cosas que me hacen humana, no me avergüenzo por sentir mi humanidad con todo su poder. Es grandiosa, la agradezco.
Sentir miedo y todo lo que carga esta emoción, me lleva a valorar aún más el lograr entrar al estado de confianza, por la paz que genera en mi ser. Recordar que somos confianza es un ejercicio diario de valorar el hoy, vivir con fe y con la esperanza de que siempre se manifestará lo perfecto para nuestras vidas, aunque no sea lo que imaginemos.
En esa misma semana tuve una conversación maravillosa con una de las tantas mujeres sabias que caminan a mi lado y luego de escuchar mi sentir atentamente, me recuerda: “Betsy, donde prestes tu enfoque, eso se expandirá, tienes ese poder”.
Estas palabras me hicieron un llamado a la acción. Así que aún experimentando el miedo, pero reconociendo que no soy mi miedo, me dije: “Gracias miedo por querer protegerme, pero necesito continuar enfocada en lo que deseo expandir.” Reconozco que contar con una tribu de personas alineadas contigo es muy importante en estos procesos.
Esta conversación me llevó a darle un ‘twist’ a la situación. Comencé a identificar todas las cosas que el miedo me dijo y las convertí en preguntas, porque deseo que se expandan las soluciones: ¿Cuál es la prioridad en estos momentos? Antes que todo me hice esta pregunta, porque reconozco que el miedo hace que nos preocupemos por cosas que aún no deben estar en el panorama, cosas que tal vez nunca sucedan o que sucedan de una forma completamente diferente. Luego de sentir y escoger prioridades, hice otras preguntas.
¡Las respuestas han ido llegando! Compruebo una vez más que donde coloquemos nuestro enfoque, se expandirá. Con cada decisión escogemos que frecuencia queremos aumentar. Podemos enfocarnos en lo que perdemos, o podemos enfocarnos en lo nuevo que podemos crear. Podemos enfocarnos en lamentarnos o podemos enfocarnos en agradecer lo que llega en cada instante.
Decidamos todos los días donde colocar nuestro enfoque, recordando siempre ser compasivos con nosotros.
Gracias por leerme.
¡Un fuerte abrazo para ti!
Betsy Serrano✨
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