Vivimos lo dulce y lo amargo

Recuerdo todo lo vivido en abril y mayo del 2021. Cosas que no había podido apalabrar hasta hoy.

No todos salimos de nuestros países bajo las mismas circunstancias, de eso estoy muy consciente, en nuestro caso era algo que deseábamos hacer y estábamos alegres, entusiasmados con la oportunidad. Precisamente el que fuera una elección y no una obligación fue la parte interesante…

Todo se tornó bastante dulce y a la vez amargo. Darnos el permiso de vivir una nueva experiencia de vida, lejos del lugar que nos vio nacer y crecer, levantó actitudes y conductas que fueron dignas de observar con mucho detenimiento. Las decidimos mirar más allá de lo que podíamos ver, concluyendo que cada una cargaba un bagaje lleno de experiencias que nada tenían que ver con nosotros.

«Voy a ustedes», «Que bueno que tienen esta gran oportunidad», «Los acompañamos y apoyamos en este proceso», «Puerto Rico tendrá unos representantes valiosos en este otro lugar», «Estaremos orando por ustedes», fueron algunos de los mensajes que recibimos de muchas personas que sostuvieron con mucho amor y consciencia nuestro proceso.

Cada mano amiga fue un oasis. Pudimos ver y apreciar la comunidad que hemos construido, la calidad de muchas de las personas que nos acompañaron en esta parte del camino, esto nos dejaba sin palabras. ¡Que muchos momentos especiales! Vivo agradecida por esto.

Parte de lo dulce también fue toda esa sensación de vivir algo nuevo, imaginarnos experimentar nuevos lugares, espacios, maneras de vivir, oportunidades, conocer nuevas personas y expandir nuestras perspectivas. Vivimos cada etapa de la preparación con mucha emoción.

El trabajar el desapego por lo que creemos que nos pertenece y entender que todo es parte de la ilusión humana de poseer, en definitiva fue un ejercicio liberador e importante, nos llevó a realizar y vivir en carne propia que somos a pesar de todo y de nada.

Cada día veíamos un paso cumplido que nos acercaba más a eso que nos esperaba. También estábamos llenos de incertidumbre, por momentos se asomaban los miedos al pensar en eventos puntuales que ni tan siquiera habían pasado, pero a la mente le encanta ese juego, “el de joder”. ¿Lo aprendido con esto? Nos toca trabajar nuestra confianza, porque la incertidumbre nunca se irá.

Pero como toda historia, también tuvo su parte antagónica y amarga…

En medio de todo, que de por sí ya era bastante, surgieron los : «Yo no estoy de acuerdo con esa decisión», la indiferencia profunda de gente que amamos con todo nuestro corazón al compartirle nuestra decisión, hasta cambios instantáneos en actitudes y reproches. La humanidad y su complejidad. Fue demasiado en el plato, digerir tanto no fue tan sencillo.

Muchas fueron las noches que dentro de la inmensa alegría y una paz fuera de todo entendimiento, bajaban lágrimas al repasar los eventos, las palabras, lo que sentíamos y lo que veíamos cada día. Fueron momentos complejos de asimilar y comprender.

Nuestra decisión familiar, compartida de forma confidencial, en un lugar que entendíamos era seguro, fue manipulada para convertirla en sermón «divino» y tema de conversación en otros núcleos. Entendimos de dónde provenía cada acción, pero sobre todo escogimos hacernos responsables de lo que sí nos correspondía.

Hoy vemos las ganancias de esta parte de la historia: gracias a esto logramos ver más claro y hemos decidido trabajar más en nosotros para cada día ser ese lugar seguro que otras personas necesitan. Cada ser humano merece nuestro cuidado.

Todo se ha ido revelando y se han ido respondiendo algunas de nuestras interrogantes. Un camino multi-emocional, pero grandioso.

La incongruencia se hizo parte de los días, muchas palabras no iban a la par con las acciones, fue un momento de grandes despertares, pero como familia decidimos seguir caminando en completa confianza y compasión, sin exigencias, en total respeto. Permitimos que cada persona a nuestro alrededor se manifestara de la manera en que lo decidiera hacer, por que lo merecemos, todos.

Mantenernos firmes en lo que queríamos y en lo que no permitiríamos fue una verdadera batalla. Aquello que habíamos idealizado se rompió, pero confiamos en que era lo que debía suceder y en ese momento aceptamos que nos iríamos de nuestro país con unas cuantas curitas adicionales en el corazón. Pero la invitación más poderosa era también a sanar mirando las flores y las muchas semillas sembradas en el.

Por esta razón, decidimos conscientemente darle más valor a las acciones que nos hacían sentir amados, valorados y acompañados, que en definitiva fueron muchas, muchas más.

¡Tiempos llenos de sorpresas! Cada una de estas nos recordó aún más que no pensamos como el mundo. Que siempre seremos los «rebeldes» de la manada por hacer preguntas, por cuestionar lo que no nos hace sentido solo «porque se ha hecho siempre», por hacerlo distinto, por elegir la libertad desde un lugar consciente: y esto es precisamente nuestra definición de libertad “no radica en hacer a otros prisioneros de la nuestra”.

Hoy miro esos momentos de inflexión, de polaridades, de opuestos y los agradezco eternamente. El trabajo hecho en este proceso ha sido de completa ganancia. Desde ese momento nos transformamos para siempre…

A días de cumplir un año de haber iniciado esta aventura les digo gracias, gracias, gracias a todos los que hicieron de estos días unos inolvidables y llenos de alegría, pero sobre todo gracias a todos los que no fallan en estar al pendiente de nuestra familia, lo valoramos.

Si estás en el proceso de hacer cambios y tomar grandes decisiones, te invito desde mi experiencia a:

✨ Conectar con tu divinidad a diario, permite que te guíe en el proceso, no necesitas de intermediarios, tienes acceso directo a esta energía poderosa.

✨ Disfrutar cada momento.

✨ No permitir que las experiencias y actitudes de otros te desvíen de tu camino.

✨ Colocar límites firmes.

✨ Escoger bien a quién le compartes tus procesos más importantes de vida.

✨ Mantenerte enfocado en lo que debes hacer para lograr eso que deseas, a pesar del ruido exterior.

✨ Agradecer todo, en todo momento.

Con mucho amor compartiendo procesos contigo… Cerrando ciclos y abriendo mi corazón a los nuevos.

Betsy Serrano

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